San Cristóbal de las Casas, Chiapas. .- La defensa de recursos y territorios indígenas y campesinos está en el centro de la lucha social en Chiapas. Para confirmarlo, comuneros y organizaciones de la región Sierra Fronteriza iniciaron hoy el Foro en defensa de nuestros recursos minerales, en el ejido Nueva Morelia, municipio de Chicomuselo.
Ahí intercambiaron información respecto de la defensa de los recursos minerales desde los espacios comunitarios, de organizaciones y hasta parroquias “comprometidas con la defensa de la vida”.
Los participantes compartieron la experiencia de saber amenazados sus recursos por la explotación de las empresas extranjeras, que ya han causado daños al medio ambiente. Recordaron que en Chicomuselo, región afectada por la explotación minera, la resistencia de los pobladores logró detener a la trasnacional canadiense Blackfire. “Sin embargo, los costos han sido altos”, dijeron al referirse al asesinato, “por denunciar los abusos de la empresa”, del dirigente Mariano Abarca.
Asimismo, valoraron el efecto de sus movilizaciones en los municipios de Comalapa y Chicomuselo, las visitas y reuniones en distintas comunidades, “y el valor de las mujeres y hombres de esta tierra que han decidido luchar por cuidar el patrimonio y bienestar de sus hijos”.
“El territorio que nos une es la madre tierra, es ella la que nos da vida, la que nos sustenta y a donde vamos a regresar. Pero también es la semilla que está en nuestras mentes y corazones, los lugares sagrados de la naturaleza y el hombre”, concluyeron.
Similares pensamientos y experiencias se manifestaron en el Seminario Internacional África, Asia, Oceanía, Norteamérica, México: Crisis Global y Movimientos Sociales Otros, que concluyó la noche del jueves en San Cristóbal de las Casas.
Ante un público compuesto significativamente por hombres y mujeres tzotziles y tzeltales, la ambientalista estadunidense Jennifer Jones celebró lo que ve como “el surgimiento de un movimiento mundial desde abajo” para defender el medio ambiente y los derechos de los pueblos.
El académico neozelandés Peter Horsley, vinculado con la resistencia del pueblo maorí y la lucha por la defensa de los recursos naturales en el sur del Pacífico, expuso algunas experiencias de la gestión comunitaria en las comunidades maoríes, y trajo varios saludos de los pueblos indígenas de Nueva Zelanda a los zapatistas de Chiapas. Uno en particular, añadió con una sonrisa, “de las jóvenes maoríes que expresan su admiración por los jóvenes guerreros de aquí”.
La investigadora y autora estadunidense de origen israelí Michal Osterweil, analista de la globalización y la democracia en distintas partes del mundo, subrayó que los movimientos sociales crean imaginarios políticos, prácticas y conocimientos alternativos, y expuso la experiencia de la agricultura urbana y alternativa. Ella también ha estudiado los actos y redes inspirados por las políticas culturales de los zapatistas.
Charlotte Sáenz, mexicana que trabaja con “comunidades translocales” en varias partes del mundo, narró su trabajo con el exilio palestino en Líbano, así como la utilidad del arte para reconstruir los tejidos sociales y sanar las “heridas internas” de la guerra y el exilio.
Savyasaachi, catedrático de la universidad Jamiia Millia Islamia en Delhi, India, quien ha trabajado con los koitor de las cuevas en Chattisgarh de India central y con gente de los bosques en Orissa, al este de su país, habló de las abejas, la miel y los tigres. Con años de teoría y práctica en la defensa de los bosques, ofreció una clave: “Si se quieren conocer las condiciones de un bosque, hay que analizar cómo están las abejas y la miel que producen; si están bien, ese bosque está sano”. En Chiapas, donde la miel es importante, la observación hace mucho sentido./HERMANN BELLINGHAUSEN/La Jornada