En el marco de su trabajo legislativo federal, la Senadora chiapaneca, María Elena Orantes López, presentó en tribuna, un exhorto a Comisión Federal de Electricidad (CFE) y la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), para que emprendan cuanto antes, un programa para reemplazar los medidores de luz y agua que se encuentran afectados, a fin de permitir una lectura real del consumo que permita cobros justos de estos servicios públicos que ofrecen a los comercios, empresas y en general a la población.
Asimismo, a la Procuraduría Federal del Consumidor para que intensifique de manera rigurosa, programas de inspección en las gasolineras, con el objeto de verificar que se expendan litros exactos de los combustibles en todo el país.
Orantes López plantea que pese a que las familias, empresas y comercios, realizan grandes esfuerzos para ahorrar agua y luz a través de focos y dispositivos ahorradores, esto no se ve reflejado en sus recibos, ya que más del 50% de los medidores de estos servicios, se encuentran en mal estado o, de plano, no funcionan, lo que provoca que todo el ahorro que ellos pretenden realizar se desvanezca.
Considera la legisladora del tricolor, que como se ve el horizonte económico de 2010, exige claridad en la estrategia económica y sensibilidad ante los efectos sociales del desempleo masivo y el alza generalizada de precios. Asimismo, hay acumulación de rezagos sociales que aún no terminan de contabilizarse.
De ahí la importancia de solicitar a la CONAGUA, CFE y a la PROFECO, definir estrategias contundentes que permitan reemplazar los medidores afectados tanto de luz como de agua, así como la realización de una supervisión más estrecha en las gasolineras, con el objeto de que se realicen cobros reales y generar certeza en los consumidores.
Abunda que el enorme esfuerzo que las familias, empresas y comercios han venido haciendo para sobrellevar la crisis económica, así como el aumento de los precios en el agua y los combustibles, merece del Gobierno federal y las autoridades locales respondan con acciones inmediatas y eficientes que permitan mejorar la prestación de estos servicios para no afectar aún más la economía familiar.
“Hoy en día debe prevalecer la mesura, la sensibilidad y elevar la calidad de los servicios públicos para estar en consonancia con el esfuerzo que realizan diariamente millones de familias, así como las pequeñas y medianas empresas, para defender su economía.
El sustento y el equilibrio de las finanzas públicas debe tener un alto contenido social, así como un manejo eficiente y mejoras en el servicio para evitar que los recibos sigan llegando mal calculados y con excesivos cobros a muchos hogares y empresas en diversas zonas del país”, puntualiza María Elena Orantes.